Ese teatro en clave de Ramón Emeterio Betances. La botijuela.
Nuestro ilustre Ramón Emeterio Betances Alacán (1914-1998), además de médico, investigador científico, líder revolucionario, fue parte de nuestra literatura ficcional del siglo 19. Llama la atención que su vena artística se manifestó profusamente en francés. ¿Por qué? Desde los diez años había estudiado en instituciones francesas, a la par de que en su tiempo ese idioma se vinculaba a la creación literaria (Félix Córdova, “Poética y revolución la voz literaria de Betances”, OC Betances, Vol III). Poesía, novela, cuentos, cartas, discursos, manifiestan una mente creativa que moldea su retórica atravesada por su práctica política.
El segmento menos estudiado de su literatura es el teatro. Sus biógrafos mencionan varias piezas: Les courtisanes à Paris, Un cousin de Louis XIV, Huelga en Jacmel and La botijuela. La primera es una comedia en verso, que está desaparecida, la segunda es un diálogo, y la tercera, una versión criolla de una obra romana. Quisiéramos adentrarnos en la última pieza, La botijuela, puesto que esta, además de ingeniosa y atractiva, refleja el dominio que su autor tuvo sobre la clandestinidad literaria, el uso de sinónimos y las claves ocultas para forjar la libertad de nuestro país y del Caribe.
Rarezas de la publicación
La portada de la primera publicación indica que la obra dramática se titula La botijuela, escrita originalmente en latín por Plauto hace mil seiscientos años. Se informa que se terminó de escribir el 4 de julio de 1862 en Nueva York, pero fue publicado en 1863. La botijuela es una especie de jarra barrigona que sirvió a los españoles para traer el queroseno necesario para sus lámparas. Así también se empezaron a usar para enterrar dinero y que este no fuera afectado por la humedad. También fueron utilizadas por el ingenio de los músicos de Cuba del siglo 19 para convertirlas en instrumento musical para el son cubano (Diccionario de americanismos). ¿Qué hizo nuestro ilustre Ramón Emeterio Betances con este elemento de la cultura caribeña? Lo tomó como motivo para reescribir una obra teatral originalmente concebida por un autor romano, pero a la cual pondría el color local subrepticiamente.
Todo en la portada tiene un mensaje oculto; esta dice que el texto es una traducción al español de un tal Bin-Tah. Es el seudónimo que usa Betances para firmar el texto, que más que una traducción es una versión caribeña de la obra original, como explicaremos más adelante. Según la investigadora Ada Suárez, el seudónimo Bin-Tah es una frase de uno de los idiomas de la India (no especifica cuál) que significa corazón herido. En el prólogo de su publicación de La botijuela, lo vincula a la pérdida sufrida por Betances hacía un año, cuando murió su prometida, Carmen Henry Betances, en 1959, por causa de la fiebre tifoidea. La misma investigadora alude al testimonio que el historiador Salvador Brau ofrece sobre cómo sobrellevó Betances su dolor. Este estuvo custodiando la tumba de su amada en Mayagüez durante los primeros años de su ausencia (1-2). Cabe recordar, que su prometida muere en París y que el mismo Betances se encarga de embalsamarla y traer su cadáver a Puerto Rico. La travesía duró cuarenta días, a los cuales se añaden quince días más esperando por los permisos del municipio para el enterramiento. Durante todo ese tiempo, Betances duerme al lado del ataúd vigilando que los cirios se mantuvieran encendidos. Este terrible periodo da pie a otra pieza literaria del caborrojeño, La virgen de Borinquen, de grandes quilates artísticos.
Sin embargo, ¿por qué un seudónimo tan trágico para una comedia? Es de suponer que su versión de la obra de Plauto pudo haber sido comenzada en París, mientras estudiaba medicina. Sus estudios transcurrieron desde 1848 hasta graduarse en 1856. En ese periodo, además de vincularse con grupos políticos antimonárquicos, estuvo unido al grupo de literatos puerto-rriqueños que se constituyeron como la Sociedad recolectora de documentos históricos, a la cual pertenecieron los entonces estudiantes Alejandro Tapia y Rivera, Román Baldorioty de Castro, José Julián Acosta y Segundo Ruiz Belvis. El trabajo arduo alcanzó a cristalizar la Biblioteca Histórica de Puerto Rico (1854). Este contacto y la publicación de cartas, ensayos y ficciones, lo mantuvo vinculado con el devenir literario europeo y, por supuesto, antillano.
Por otro lado, París era cuna del teatro. Es la casa del gran dramaturgo Jean-Baptiste Poquelin, conocido como Moliere (1622-1673), quien había hecho su propia versión de la obra de Plauto, titulándola El avaro. El final de La botijuela es parecido al del francés. La reconocida compañía teatral fundada por Moliere en el siglo 17, La Comédie-Française, continuaba escenificando sus obras en el siglo 19 betancino. Así que para cuando por fin termina su versión de la comedia, su prometida ha muerto y podría haber decidido respetar el luto usando un seudónimo que lo mantiene bajo el velo de la discreción.
No obstante, a lo anterior, el reconocido investigador Paul Estrade, profesor emérito de la Universidad de París VII, sostiene que, si bien el dolor de Betances por la muerte de su prometida lo sobrecogió inmensamente, volvió a conspirar por la independencia de su país, de otras Antillas y por la libertad de las personas esclavizadas sin detenerse. En su artículo sobre los seudónimos que usaba nuestro ilustre mayagüezano, titulado “Louise Raymond, Betances insospechado” añade que Bin-Tah, de acuerdo con el Diccionario Larousse del árabe moderno, edición de 1973, podría entenderse como “hijo del que trabaja bien y concluye cabalmente lo que ha comenzado”. Considera una acción deliberada, cargada de sentidos antiesclavistas y un pronunciamiento de independencia, el que Betances buscara dejar claro tres datos: cuándo se terminó el texto, cuándo se publicó y en dónde. Es decir, se terminó de escribir el 4 de julio de 1862 y se publicó en 1863 en Nueva York. El 4 de julio es el día que se celebra la independencia de EE. UU. y, además, es el año en que Abraham Lincoln proclama la abolición de la esclavitud, que luego ratificará el 1 de enero de 1863 (Red Betances, Paul Estrade).
Ante esto queremos afirmar que, si bien el texto de Betances como el de Plauto se posicionan contra la esclavización de personas, el del médico puertorriqueño también señala como esclavitud la explotación a los obreros. Recuérdese que parte de las victorias de la revolución de Lares, de la que fue líder máximo, lo es la abolición del sistema de la libreta de jornaleros con la que los hacendados explotaban a sus trabajadores (Francisco Moscoso, La Revolución Puertorriqueña de 1868: el Grito de Lares, 74). Al respecto es elocuente la conversación entre Estróbilo y Licónides, esclavo y amo, descubriéndose que el amo es pobre y un empleado esclavizado de una tienda.
Estróbilo -¿Por qué? porque una vieja avara no le da su hija a un hombre sin posición y sin colocación, aunque el amor sea causa de haberlas perdido, no quedándole más riqueza que un pobre esclavo como yo. ¿Qué puedo valer? Algunas malas onzas de oro viejo.
Licónides -Es verdad que por malo te vendieron y por eso pude comprarte tan barato.
Estróbilo -¡Pues! ¿pero qué quieres? yo siempre tuve idea de que había de ser tuyo, amo Licónides, por más que te viera pobre, simple dependiente en una tienda y trabajando como un… ¿cómo diré? ¡como un esclavo!
Licónides -¡Es verdad!
Queda por auscultar el recurso de la comedia. Además de que la pieza pudo haber estado esbozada desde mucho antes que muriera su prometida, el humor le sirve de vehículo para disfrazar los reclamos del discurso de su texto: emancipación de la esclavitud, la eliminación del sistema de libretas y jornal, la erradicación de los matrimonios por acuerdo, sometiendo a la mujer a matrimonios indeseados, así como la denuncia contra el maltrato físico a las personas esclavas, crítica directa al contrabando de medicamentos de los boticarios, a la usura de abogados y magistrados y a la avaricia; este último es un deseo desmedido por el cúmulo de riquezas que en la obra conduce a la muerte.
Secretos de la trama
Otro juego enigmático de la portada es llamar al texto como una mera traducción al español. La obra que entrega Betances es más bien una versión escrita en clave revolucionaria caribeña. La original de Plauto tiene cinco actos, su protagonista es varón e incluye la violación a Fedra. Nuestro ilustre elimina el ultraje a Fedra y pone por protagonista a la vieja María Manuela, único nombre que no es del original en latín. Este nombre junto con el título ubican a la obra en la zona del Caribe.
La obra de Betances está dividida en tres actos y en escenas cortas, las cuales se componen de diálogos o de monólogos. Un resumen de la trama podría ser el siguiente: el trabajador Leónides desea ver a su amada Fedra, hija de María Manuela. Lo conversa con su esclavo Estróbilo, adquirido por muy bajo precio, quien a su vez deseaba trabajar para Leónides porque lo ha visto crecer superando su pobreza y socorriendo a personas necesitadas. Estróbilo ofrece ayuda a Leónides. Le informa que María Manuela tiene un carácter agrio y explosivo, ya que no desea que nadie se acerque a su casa, puesto que protege una botijuela, de la cual se sospecha está repleta de dinero. La criada de María Manuela, Estáfila, colabora con los amores secretos de Fedra y Leónides, además de sufrir golpes y vejámenes de su ama. Esta organiza un matrimonio por acuerdo entre su hija Fedra y su vecino rico, Megadoro, quien perdió a su familia hace muchos años, pero sin que Fedra tenga que poner una dote. El hombre rico ordena un banquete para la boda que será ese día. Llegan cocineros y bailarinas a casa de María Manuela. Leónides se hace pasar por cocinero. La bailarina Frigia le hace creer a María Manuela que el cocinero-Leónides está enamorado de ella, pero este se escapa sigiloso con Fedra. María Manuela se asusta al ver gente en su casa. Esconde su botija en el bosque. Estróbilo la ve; hurta el dinero, pero acusan a Leónides. Ante las autoridades, Megadoro y María Manuela, este confiesa que su único error ha sido escaparse con Fedra. Estróbulo revela a Megadoro que Leónides es su hijo perdido. Megadoro lo abraza y pide que pueda casarse con Fedra. María Manuela exige su botija, ante todo. Estróbulo se la entrega; ella muere de un ataque al corazón por la fuerte emoción de recuperar su fortuna.
Como bien ha estipulado la investigadora Angelina Morfi (1919-1990) en Historia crítica de un siglo de teatro puertorriqueño, Betances logra combinar la época romana del original de Plauto con expresiones territorializadas en el Caribe. A nuestro entender esta cualidad aumenta en la obra dramática el discurso secreto anticolonial y contra el tipo de sociedad cruel que ha generado. El rol protagónico lo lleva una mujer con nombre cristiano, María Manuela. Esta es maltratante, guarda su riqueza sin invertir en mejoras para su casa e hija, se hace pasar por pobre para seguir recibiendo dinero y pan, cree en la esclavitud y en la venta de su hija sin dote para su conveniencia. En Betances no está funcionando el patriarcado al usar una protagonista de tipo negativo en vez de un hombre. Es evidente que María Manuela, único personaje con nombre español, representa a la “madre patria”, España. Como se recordará a partir de la Cédula de Gracia de 1830 el imperio español facilitó la entrega de tierras a extranjeros, con exenciones contributivas exclusivas para estos. Así profundizó la crisis social del pueblo puertorriqueño, mientras ganaba dividendos. María Manuela entrega a Fedra evitándose ofrendar una dote para el matrimonio.
Angelina Morfi descubre otros signos del crisol cultural caribeño, tales como las coplas que canta Estróbulo, la mención de la gallina que se come granos de maíz “y términos y expresiones como refaccionar, antojos, retratarse, guarapo, justos cielos, Bendito sea el fruto de ese vientre, buñuelo el día de Inocentes, homeopatía, y tantos otros… ” (150). Por otro lado, apunta la historiadora que cuando Estáfila exclama: “¡Oh! ¡siglo! ¡siglo!», y Estróbilo responde: «Esta exclamación no es de este siglo…”, además cuando este mismo dice “Bendito sea Júpiter, ¡un lechón a los Santos Reyes!”, se confirma la intención del autor de escribir una versión de La Aulularia de Plauto que fuera muy simpática, mientras encerraba claves contra la colonización europea en su país y las Antillas esquivando la censura.
El régimen de censura durante los periodos monárquicos y los periodos constitucionalistas en España limitó el desarrollo de la literatura. Los textos muchas veces eran aprobados en la metrópoli, pero prohibidos en la colonia o aprobados en el periódico de un pueblo y denegado su permiso en otro. La censura era ejecutada oficialmente por representantes del gobierno y del clero, a la par de la extraoficial llevada a cabo por contertulios del gobernador. Muchas veces censuraban sólo oraciones o pedazos dejando esos espacios vacíos que el director del periódico debía rellenar. Los escritores se las ingeniaban. (Anamín Santiago, Teatro oculto en La Sataniada de Alejandro Tapia y Rivera, 19)
¿Para quién fue escrita la obra teatral?
Todas las obras dramáticas se escriben pensando en el espacio en que se representarán y para un público específico. En los montajes esto puede cambiar, pero para escribir, el autor (a) necesita pensar virtualmente en esos dos objetivos. Los temas enmascarados en lo cómico popular que presenta Betances, con un diálogo ágil, colorido, con personajes tipos vinculados a las comedias de costumbre antiguas, expresiones populares y enredos, le acercan al incipiente teatro costumbrista puertorriqueño, según estipula la crítica literaria en general.
A nuestro entender, debido a la carga política antiesclavista, anticolonial y su posición contra la venta de la mujer, junto a una construcción de personajes arquetípicos con alusiones a lo local, le acercan más al teatro artesanal y obrero de corte popular desarrollado posteriormente por Eleuterio Derkes (1836-1883), Arturo Más Miranda (1859-192?) y, sobre todo, Manuel Alonso Pizarro (1859-1906). Recuérdese que una botijuela es un artefacto de hechura artesanal. Desde niño Betances estuvo expuesto a las actividades de artesanos en su natal Cabo Rojo, así como a la dinámica laboral en tiendas y pulperías de la familia (Francisco Moscoso, El Cabo Rojo de Betances). Si bien el año 1874 marca el inicio oficial de los casinos artesanales en Puerto Rico, donde se celebraban representaciones artísticas acorde con las luchas sociales de este sector, la pieza está pensada para un montaje desprovisto de técnica o grandes escenografías, muy lejos del teatro burgués parisino y muy cerca del teatro artesanal. De ser así, la obra fue escrita pensando en ese público de pueblo puertorriqueño, sometido a diversos tipos de opresión, el cual podía reconocer las claves ocultas de la trama como propias.
Te invitamos a leer la obra para que llegues a tus propias conclusiones, pero, sobre todo, para que rías mientras reflexionas sobre la libertad personal y colectiva. Cerramos con las palabras del esclavo Estróbilo a su amo Leónides:
… mas si me ofreces en cambio la libertad, harás de mí lo que quieras y quedarás satisfecho. Nuestra madre la naturaleza hace a todos los hombres libres y todos, por instinto, ansiamos la libertad; peor que todos los males, peor que todas las muertes, es la esclavitud, y cuando los dioses odian a un mortal, empiezan por hacerlo esclavo. (Betances, OC, 215)

