Encontró semejanzas entre el prócer y su papá, especialmente en su preocupación por la salud.

Por: Rosalina Marrero-Rodríguez

Entrar a un estudio de televisión y encontrarse a “Ramón Emeterio Betances”, “Eugenio María de Hostos” y “Francisco Oller” ejecutando una coreografía para un video breve de la red social Instagram es, sin duda, una escena surreal.

Dentro de lo impensado que resulta, hay mucha verdad sobre los momentos espontáneos que se observan cuando el rótulo de “On Air” (o en el aire) de Astra Studios no se ha encendido, dando paso a los actores y actrices a soltar brevemente los libretos para darse ciertas libertades, incluidas bailar para un boomerang.

La escena descrita ocurrió luego que los actores Javier Pastrana como Ramón Emeterio Betances, Jorge Luis Ramos como Eugenio María de Hostos y Oscar Guerrero como Francisco Oller, completaran su primera intervención en el pódcast Autógrafo al día, que conducen el presentador y productor Francisco Zamora y la periodista Liza Lugo.

En ese trío, el actor Jorge Luis Ramos era Eugenio María de Hostos (Mayagüez 1839-1903), el inmenso “Ciudadano de América”, recordado por su lucha por la independencia de Puerto Rico, los derechos humanos y sobre todo, por su defensa de la educación como fuente esencial para alcanzar la autonomía individual y colectiva.

“Ciertamente es un personaje tan extraordinario y tan fuera de serie”, destacó el histrión con amplia trayectoria en el teatro y el cine puertorriqueño. “Cuando Francisco (Zamora) me llamó hace unas semanas, quedé alucinando, sobre todo cuando empecé a estudiarlo, porque uno lo estudia en la escuela, en la universidad, pero su aportación es tan vasta, fue un hombre gigante y realmente único. Y cuando tienes en tu mano el poder de hacer un personaje como este, que tiene unas implicaciones tan grandes, que resuenan en el Puerto Rico de hoy, eso hace que uno se sienta mucho más responsable, pero a la misma vez, mucho más inspirado y mucho más convencido de que el trabajo que hago es el correcto, porque personajes como este le dan sentido a mi trabajo como actor”.

Ramos representó a Hostos por medio de un monólogo que a su vez rememoró tres etapas en la vida del educador, sociólogo y político, entre otros tantos títulos que se le reconocen. Aborda el tiempo en que Hostos deja Santo Domingo; su traslado a Chile para aportar a la educación de ese país suramericano y, finalmente, cuando regresa a Nueva York para afianzar su defensa por la independencia de Puerto Rico y Cuba.

“En el monólogo está creando, escribiendo lo que viene a ser su discurso para la primera instalación de la primera clase graduanda de la Escuela Normal (en Santo Domingo), y lo está haciendo en la sala de su casa mientras su esposa atiende a sus hijos. La dinámica de los niños constantemente lo interrumpe y es bonito, porque lo vemos a él en un entorno cotidiano, lo vemos como papá, lidiando con los niños, con el llanto del bebé a la hora de buscar centro para expresar lo que él quiere en el papel”, detalló el actor.

El trabajo creativo para ejecutar el personaje, compartió, lo llevó a rememorar la voz de su padre, quien al igual que Hostos fue un protector de la salud de sus semejantes.

“Mi papá fue un hombre dado a los demás, que mantuvo el servicio como norte hasta el último día de su vida”, recordó. “Él muere de un ataque al corazón fulminante en el hospital donde estaba trabajando, días después de las elecciones, cuando él sabía que su programa en el Hospital Regional de Caguas, pues iba a desaparecer, porque con el cambio político -igual que Hostos, que era un hombre visionario-, sabía que la salud se iba a privatizar y que por lo tanto su gestión se iba a ver afectada, y esa fue una de las razones que pensamos nosotros que causó su muerte. Tanto le afectaba a él su labor que tuvo ese final”.

Este artículo es parte del pódcast “Autógrafo Al Día”, del proyecto Autógrafo.TV producido por Astra Studios.

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