Manuel Fernández Juncos y Braulio Dueño Colón en defensa de los reyes magos.
Los zapatitos de los durmientes
con esto llenan y diligentes
los regios magos de allí se van…
(¨Los reyes de magos¨ Manuel Fernández Juncos)
Estos versos son parte de la lucha que dieron puertorriqueños y puertorriqueñas del siglo XIX y comienzos del siglo XX para poder celebrar libremente el día de los Reyes Magos. Dos de nuestros seres extraordinarios, Braulio Dueño Colón y Manuel Fernández Juncos, liberales autonomistas, se enfrentaron juntos a través de la poesía y la música al gobierno de Estados Unidos cuando a comienzos de su dominio pretendió eliminar esta festividad obligando a las niñas y niños a asistir a las escuelas el 6 de enero.
El poema pertenece al cancionero titulado Canciones Escolares, compuesto por 2 tomos compilados por Fernández Juncos en la primera década del siglo 20. La biografía de Dueño Colón contenida en su autógrafo detalla sus intenciones para publicar estos cancioneros:
Con estos cancioneros buscaba llevar a la población escolar del país un mensaje musical que le identificara con su tierra… Las canciones llevaban títulos que recordaban estampas de nuestro paisaje y símbolos… como la bandera y la tierra… Dueño también interesó destacar la dimensión hispanoamericana de nuestra cultura. Era una forma de trasmitirle a los puertorriqueños que la Isla, a pesar de su destino político desde 1898, era parte de un imperio cultural sólido y abundante. (Autógrafo.tv)
El cancionero contiene poemas de Virgilio Dávila, de Fernández Juncos y otros autores latinoamericanos. La colección consta de 85 cantos, 42 en el primer tomo y 43 en el segundo musicalizados por Braulio Dueño Colón. Las composiciones originales de Dueño Colón se combinan con adaptaciones de compositores de reconocimiento mundial, tales como Lyman, Reilly, Tschaikowsky, Beethoven, Gounod, Kreuz, Mozart, así como danzas del puertorriqueño Juan Morell Campos y melodías de Manuel G. Tavárez. (Música y Músicos Portorriqueños, Fernando Callejo Ferrer) Algunas canciones contienen dibujos que indican su coreografía.
¨Los reyes de magos¨ es la canción número 26 de Canciones Escolares I. La letra es un poema de Manuel Fernández Juncos con música original de Dueño Colón. En su nota preliminar Fernández Juncos asevera que el libro se produce ¨guiado por mi deseo de contribuir en todo lo posible a los progresos de la enseñanza pública…¨ Ese progreso implicaba fomentar conscientemente el español en la niñez puertorriqueña que se veía amenazado por las interferencias que podía fomentar el inglés obligatorio de las primeras décadas del siglo XIX.
Don Manuel buscaba además junto a Dueño, preservar la puertorriqueñidad que hasta 1898 se había cristalizado, esa conjunción de herencia africana, taína e hispánica. Ambos estaban seguros que ¨el canto que tan provechosamente influye en los niños…¨ podría enfrentar a la nueva cultura norteamericana cimentando bases sólidas de nuestras costumbres y tradiciones. Los temas giran en torno a los pájaros, los barcos, la escuela, el café, la palma, la caña, Borinquen y por supuesto los Reyes Magos a quien dedican 2 canciones en el primer cancionero siendo la segunda ¨Los Reyes de Oriente¨ también de Don Manuel al estilo de villancico español:
De tierra lejana venimos a verte,
nos sirve de guía la estrella de oriente,
Oh brillante estrella que anuncias la aurora,
no me falte nunca tu luz bienhechora…
Lucha por preservar la tradición de los Reyes Magos
Como dijimos al inicio, el nuevo régimen norteamericano pretendió cancelar la festividad del 6 de enero, contra ese decreto se enfrentan Don Braulio y Don Manuel al incluir el tema en su cancionero. Ramón López en su libro El movimiento de los Reyes Magos hacia la estrella sola recoge la lucha desatada cuando se quiso imponer un calendario que permitiera la rápida asimilación de la cultura anglosajona, donde no se celebraban los Reyes. Durante las primeras 3 décadas se concretizó una oposición nativa a dichas pretensiones oficialistas. Dicha oposición empezó a ¨jamaquear el palo¨ de las autoridades. En 1907 el Comisionado de Instrucción Edwing G. Dexter reconoce en su Carta Circular Núm. 497 al magisterio lo siguiente: ¨Aunque la Ley Escolar no me concede ningún derecho para declarar día feriado el 6 de enero, es mi opinión que sería inútil esperar la asistencia de los alumnos en este día.¨ (López, 8)
La prensa mantenía sus reclamos contra la eliminación de la fiesta, lo consideraba una falta de respeto a las tradiciones del país. Juan B. Huyke (1880-1961), primer puertorriqueño nombrado como Comisionado de Instrucción en 1921, pidió al gobernador retomar el 6 de enero como fiesta de Reyes en el calendario escolar. Dicha petición no fue atendida, Huyke tampoco insistió e incluso para 1929 se revisó el calendario escolar y decretó el comienzo de clases en enero el día 2, ordenando total asistencia. La historia de Huyke es interesante porque como puertorriqueño cargaba la tradición de los Reyes Magos en su vena artística. Por un lado fue incondicional al régimen norteamericano, pero a la vez es el autor del siguiente poema:
Los Reyes bajan del cielo Cuando allí los esperamos Y yo sé por qué esto pasa
ya los veo yo venir más juguetes recibimos. vieja amistad y cariño
los quisiera recibir Es tanto lo que gozamos! desde que papá era niño
en la casa de mi abuelo. ¡Es tanto lo que reímos! van los Reyes a su casa.
¿Contradictorio, no? Si Huyke mismo no pudo cooptar su herencia, no hay que aclarar que la celebración, como es de esperarse, siguió en el pueblo mestizo y pobre puertorriqueño desobedeciendo a las autoridades (López, 8-9)
Tradición de cuatro siglos puertorriqueños
Manuel Fernández Juncos y Braulio Dueño Colón resumieron en melodía y poema varias de las cortezas de la tradición de los Reyes Magos en Puerto Rico, que al decir de Ramón López es ¨una de las expresiones más unificadoras de la pluralidad de identidades en que se recogía la memoria, vivencia y personalidad de nuestra gente¨(8)
Llegan de noche con gran cautela
cuando ninguno sus pasos vela…
Estos primeros versos contienen el movimiento clandestino de la tradición de reyes puertorriqueña en oposición a la oficialidad católica española. La entrada de la tradición de reyes a nuestro país fue en el contexto del genocidio indígena y la esclavitud africana. A ambos grupos se les impuso la fe católica donde la tradición había evolucionado de unos magos que visitaron al niño Jesús, según establece el texto cristiano llamado Evangelio según Mateo y que se perpetuó durante los primeros siglos del cristianismo. Luego en el medioevo ya el cristianismo era la religión oficial, esto propició que creciera el culto a estos visitantes igualándolos a los monarcas como ¨reyes¨, puesto que trajeron ricos tesoros al niño. Como la monarquía europea fue identificándose con el poder divino, los reyes magos fueron canonizados entonces como santos. La cautela del inicio del poema señala las rupturas clandestinas de la gente pobre con la celebración oficialista hegemónica que iremos detallando.
…unas muñecas de ojos de cielo
de tez muy blanca, de rubio pelo
y con semblante de querubín,…
El vocablo ¨querubín¨ es el único en el poema perteneciente a la imaginería católica oficial. Cuando ocurre la colonización española en nuestra Isla, la Iglesia Católica poseía una relación precaria con la Corona española, por lo tanto su presencia evangelizadora en la Isla no tuvo un proyecto adoctrinador fuerte, permeando costumbres indígenas y africanas. Es así como nuestra tradición de reyes es sincrética, asume lo impuesto por los colonizadores pero desde una diversidad étnica cuyas expresiones son sigilosamente contestatarias al imperio español blanco y católico que había exterminado al pueblo indígena y esclavizado al pueblo africano. Cabe recordar, que Dueño y Fernández eran masones liberales opuestos al autoritarismo español y por lo tanto se sentían cómodos con cualquier movimiento contra la ortodoxia católica.
Llevan de todo, ¿cuáles prefiere? Hay artilleros de rostro huraño, …y de tambores, hay un montón.
Sable, ¡pues sable! ¿Cornetas quiere? de caballitos, hay un rebaño…
Pues hay cornetas, rifle y morrión…
Estos versos del poema son una muestra de cómo la tradición de reyes boricua, contrario a la rigidez de la fiesta estrictamente católica blanca, une elementos de la africanía como los ¨tambores¨ a los elementos militares heredados del dominio Español: ¨sable¨, ¨cornetas¨, ¨rifle¨, ¨morrión¨, ¨artilleros¨ y ¨caballos¨. A su vez los elementos militares son transformados a juguetes, en una especie de ridiculización del poder imperialista. Debe recordarse también que tanto Don Braulio como Don Manuel pertenecían a movimientos liberales autonomistas que buscaron con acciones radicales la equidad entre puertorriqueños y peninsulares.
Para las niñas, ¡cuánta hermosura!
Hay muñequitas de tez oscura…
La presencia de la tez oscura junto a las muñecas de tez blanca en el poema connota la aportación mulata a la tradición de Reyes. Como la iglesia y sus prelados eran muy débiles y pobres en Puerto Rico, no pudieron profundizar la doctrina cristiana ni facilitar que la gente pobre en su mayoría mulata, tuviera contacto continuo con la iglesia, sus imágenes, misales, biblias y cuadros. Las imágenes de la Virgen y de los Santos de la iglesia llegaban a la Isla a través de estampas baratas que se reproducían en madera a gusto, construyendo un catolicismo popular de corte taíno/afro/caribeño. A falta de supervisión, los artesanos mulatos comenzaron a tallar con las maderas heredadas del pueblo indígena figuras religiosas que fusionaban la tradición africana, las creencias indígenas y la tradición cristiana. Estos santos coincidían con los poderes protectores del hogar que tenían los cemíes, ejecutaban milagros sin la intervención de Dios como los fetiches africanos yorubas y se les hacían y pagaban promesas según la fe católica. Se diferenciaban de la imagen católica tradicional en que el santo de palo mira de frente a su devoto y no hacia arriba. Las familias mulatas colocaban las figuras talladas en sus casas, entre ellas los Santos Reyes Magos, pensando que cumplían así con el calendario obligatorio de fiestas religiosas de la Iglesia. El rey mago llamado Melchor es negro y ocupa una posición central y principal en todas las tallas como rasgo distintivo del catolicismo popular que cristalizó el pueblo mulato desde su margen. (López, 27-42)
Pues hay cornetas, rifle y morrión…
Hay artilleros de rostro huraño,
de caballitos, hay un rebaño…
En Puerto Rico el Día de Reyes era también día de rendir tributo a los representantes de la Corona española. Los militares constituían un sector mal pagado y desatendido: ¨artilleros de rostro huraño¨. Ese día realizaban un desfile en respeto a las autoridades quienes les daban un aguinaldo o regalo, tradición que adoptó el pueblo en su música navideña porque muchos esclavos y familias libertas se unieron a la petición del aguinaldo llevando sus bombas y maracas para realizar bailes y cánticos frente a la Fortaleza. Del encuentro de ambos sectores se fueron incrustando los elementos distintivos de las milicias en la festividad de Reyes como ejemplifica el poema. Los caballos tuvieron mayor impacto ¨ de caballitos, hay un rebaño¨. Nuestras figuras talladas de reyes van en caballo, no en camello. Son una imagen en movimiento, incluso movimiento clandestino como sugiere el inicio del poema. La devoción popular los venera en colectivo, en movimiento y con un rey negro comandando a los blancos, en oposición a las milicias españolas.
No sé por dónde ni quién los guía
Solo se sabe que al otro día
los niños buenos se alegrarán.
Para finalizar, la estrella guía de los ¨regios magos¨ nunca aparece aquí, no los conduce, síntoma del desasosiego que luchadores liberales como Braulio Dueño y Fernández Juncos sintieron ante el advenimiento de una cultura ajena y un nuevo orden político con el que no se identificaban. Sin embargo, el poema cierra esperanzador enfatizando su proyecto didáctico con la niñez puertorriqueña. Les invita a ser buenos, es decir mantener la tradición de reyes, como camino a la alegría.