Julia de Burgos y su presencia en nuestra radio
En Autografo.TV seguimos celebrando la radio puertorriqueña. ¿Sabías que nuestra poeta nacional Julia de Burgos trabajó en la radio como guionista y actriz? Como se recordará, Julia de Burgos es una de las principales poetas del Caribe, Latinoamérica y, por supuesto, Puerto Rico. Nacida en Carolina el 17 de febrero de 1914, se posicionó como laureada poeta a través de tres poemarios: Poemas exactos a mí misma de 1937, Poema en veinte surcos de 1938 y Canción de la verdad sencilla de 1939; los últimos dos fueron publicados con sus escasos fondos para apoyar a su madre con la salud. Sus poemas “Río Grande de Loíza”, “Yo misma fui mi ruta”, “Canción amarga”, “A Julia de Burgos”, entre otros, sentaron una nueva pauta en que el sentimiento y la ideología trenzaban en armonía. Con esta trayectoria fue suficiente para ganar su preciado sitial en la historia de la literatura. (https://autografo.tv/julia-de-burgos/)
Sin embargo, ella añadió otros registros a su trayecto de vida: Julia fue maestra normalista de las escuelas de su país a partir de los diecinueve años, enseñó en Comerío, Naranjito y San Juan ((María M. Solá en Julia de Burgos, Yo misma fui mi ruta, 13) combatiendo el analfabetismo en los campos y fomentando las identidades puertorriqueñas sobre la base étnica afrocaribeña y de clase trabajadora. Junto a esto está su fase como integrante del movimiento femenino nacionalista, a través de cuyas funciones legó profundos discursos, como “La mujer ante el dolor de la patria”. Esto fue dicho como Secretaria General del Frente Unido Femenino Pro-Convención Constituyente de la República de Puerto Rico, el 24 de octubre de 1936 en el Ateneo Puertorriqueño. Mientras su poesía generaba nuevas formas de plantear el discurso combativo, en su fase como nacionalista de corte público también escribió editoriales para el periódico Pueblos Hispanos de Juan Antonio Corretjer (1908-1985). Allí fue cronista, reportera y redactora de 1943 a 1945. Su último editorial “Ser o no ser es la divisa” fue premiado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Este premio de periodismo se llama Premio Bolívar Pagán, el cual inició por ley en 1938 (Portal Lex Juris de Puerto Rico-Julia de Burgos). Julia lo ganó en 1946.
Julia de Burgos fue una figura pública y activa en los medios de comunicación. A su proyección como periodista y portavoz de las mujeres, se añade su corta, pero intensa presencia en la incipiente radio puertorriqueña de la década del 30. Como se recordará, los sencillos inicios de esta fueron provocados por los jóvenes puertorriqueños entusiastas de las nuevas tecnologías en las primeras dos décadas del siglo XX. Unidos crearon el Puerto Rico Radio Club en 1921. Estos fueron Joaquín Augusty, Facundo Bueso, Enrique Camuñas, Luis Rexach y Jesús T. Piñero. (Puedes leer más al respecto en nuestro blog “Jesús T Piñero, pionero de la radio”). Luego de esta etapa los empresarios Sosthenes y Hernand Behn, daneses de San Tomas, radicados aquí como dueños de centrales azucareras, contrataron a Augusty para fundar la primera estación radial puertorriqueña, cuyo comienzo fue en 1922, en San Juan. Nueve años después se fundó WNEL también en la capital; esta fue la primera estación en suscribir un servicio de noticias internacional y presentar artistas extranjeros en sus estudios (Un país que se escucha, 49). A la par, WKAQ, añadía a su programación orquestas y tríos nacionales en vivo, junto a la transmisión de discursos políticos. Por ejemplo, en 1928, Antonio R Barceló (1868-1938) y su Partido Alianza Unión-Republicana transmitieron su convención desde el Teatro Tapia y en 1931 Pedro Albizu Campos (1891-1965) inició la transmisión de sus discursos por las ondas radiales (53). Una tendencia puertorriqueñista fue desplegándose en esta emisora y la presencia de una militante nacionalista como lo era Julia, en un principio, no resultó preocupante.
Esa tendencia a dar espacio a lo local fue el resorte para que el gobierno insular aprovechara la coyuntura y decidiera instaurar la Escuela del Aire en 1935, creada por el Departamento de Instrucción Pública a través de WKAQ (56), amén de que sus propietarios estaban vinculados con el proyecto expansionista de EE. UU., de dónde provino el concepto de radio didáctica que se instrumentalizaría. ¿Pero qué fueron las escuelas del aire que proliferaron en el continente americano a partir de la década del 20?
Escuela del aire
El periodo entre el cese de la Primera Guerra Mundial (1918) y el lamentable inicio de la Segunda en 1939 fue asidero de cambios drásticos en la economía mundial, desarrollo de movimientos masivos con ideologías liberales, protestas sindicales, hubo migraciones considerables de familias latinas a los EE. UU. y cambios en el mercado de este país que tuvieron por consecuencia la crisis económica que llevó a la Gran Depresión de 1929. En Puerto Rico, bajo el régimen estadounidense, arreció una extrema pobreza, el cambio en la industria cañera y los conflictos obrero-patronales dentro de esta crearon un terreno de alta inestabilidad, el gobierno inició una feroz persecución contra nacionalistas y obreros, se desataban luchas estudiantiles contra la enseñanza en inglés, mientras la desnutrición, las enfermedades y el analfabetismo eran la orden del día, sobre todo en la ruralía. Ante este panorama, tanto en Washington como en Puerto Rico, se optó por maximizar el uso de las artes visuales y la tecnología para impactar el arte popular, complementar la educación de las escuelas y controlar la opinión pública. (Luis Rosario Albert, “Visual Education and the School of the Air in Puerto Rico: The Interwar Years”, 337-338)
Se buscaba unificar la conducta de la ciudadanía mediante dos proyectos muy atractivos: la educación visual con equipos de fotografía y cine educativo, junto a la creación de productos radiales para impactar la educación de la niñez y la adolescencia en el salón de clases, así como a la población adulta analfabeta. A este último perteneció la Escuela del Aire puertorriqueña. Esta fue un servicio de radiodifusión, basado en los que se habían fundado en EE. UU. Primero surgió la Little Red Schoolhouse of the Air en Chicago por la Sears Roebuck & Co. en 1924, luego la National Broadcasting Corporation (NBC) y la Columbia Broadcasting System (CBS), las cuales tuvieron programas que conformaban una escuela del aire a partir de 1929. La de CBS, la llamada Escuela de las Américas, tuvo mayor influencia en Puerto Rico (Caminos del aire, 45), donde por producto de una beca de la Corporación Carnegie, se dieron los primeros experimentos a partir de 1930. De 1931 a 1934 las ondas radiales se usaban ocasionalmente para promover la agricultura, las artes y un programa del Liceo de Cayey ( Rosario Albert 353-355)
Ya desde 1925 se hablaba en Puerto Rico del innovador concepto educativo, puesto que Cuba y Uruguay ya tenían proyectos similares (Había sido propuesto por Pedro Gil). En 1935 el Departamento de Instrucción Pública institucionalizó la Escuela del Aire y planteó el siguiente objetivo: “complementar los cursos de estudio de las escuelas primarias y secundarias, material didáctico para la prevención de enfermedades, mejora de las condiciones sanitarias en los hogares y campañas de seguridad para disminuir el número de accidentes” (355). Sus objetivos consistían en divulgar la cultura universal, enseñar algunas materias (español, historia e inglés), la educación artística para la niñez, vincular nuestra cultura con la del resto de América y servicios pedagógicos a los docentes.
El debate por fomentar la cultura puertorriqueña y la defensa del español ganaron aliados dentro de la programación educativa. A pesar de que el gobierno exigía darle mayor énfasis al inglés, la mayoría de los programas eran en español. El comité de producción contó con profesionales sumamente preparados, defensores de la puertorriqueñidad, como María Teresa Babín (1910-1989) (directora de la Escuela del Aire y del Departamento de Estudios del Castellano de la Universidad de Puerto Rico), Leopoldo Santiago Lavandero (1912-2003) (locutor y artista dramático, fundador del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico), Abigail Díaz Alfaro (1910-2007) (especialista en contenido para la niñez y profesora de psicología social en la Universidad de Puerto Rico), Haydee Ramírez de Arellano (1891-1983) (especialista en contenido para adultos y poeta), Leonor Figueroa Sanabria (1908-1945) (pianista, reconocida concertista y profesora de música), entre otros. El actor, periodista, locutor, José Luis Torregrosa (1916-2001) detalla la infraestructura con la que se contaba:
En la azotea del edificio en que estaba ubicado el departamento (de Instrucción), en Allen 5, se instaló una pequeña estación de radio. Tenía un estudio, una sala de “control”, un pequeño salón de ensayos; y unas cuantas oficinas (159).
La meta era que la escuela fuera el centro de la comunidad, pues tanto la juventud como la población adulta recibían educación a través de las ondas radiales. A esta última se le exponía a la literatura, al teatro, a foros sobre problemas sociales y económicos, se fomentaba la apreciación musical, se combatía el analfabetismo, se les ofrecían conciertos, la enseñanza del inglés, entre muchos más recursos (Un país, 56; Caminos, 275-276). Las clases se detenían a ciertas horas diurnas para escuchar el programa dirigido a la lección del día. Cada escuela debía tener un radio y el magisterio debía cumplir con la responsabilidad de sintonizar el programa (muchas no pudieron obtener el aparato (160)). Se preparaban productos dirigidos a la niñez, a la escuela intermedia y a la escuela superior. Los dirigidos a la población adulta se transmitían de noche.
El plan inicial era que también estudiantes y maestros crearan los programas de corte didáctico. José Luis Torregrosa detalla la dinámica:
… con la única excepción de las clases de inglés, que se llevaron a cabo en la forma árida habitual, todos los demás programas que ofrecía la Escuela del Aire (y cuya misión era didáctica, por supuesto) se presentaron en una de manera dramatizada, con estupendas adaptaciones radiofónicas, que fueron…comparado con lo que escuchamos hoy, treinta años después, extraordinarios logros. (Rosario Albert 360).
Como puede observarse, en este aspecto de la participación activa del magisterio es que entra en juego la figura de la maestra-poeta Julia de Burgos.
Labores radiales de la poeta
La Escuela del Aire se constituía de producciones radiales didácticas, sumamente profesionales y cuidadas (Torregrosa 160). El proyecto duró desde 1935 a 1949. Se contrataron escritores como Enrique Laguerre (1906-2005), Francisco Arriví (1915-2007), Carmen Marrero (1907-1988), Manuel Méndez Ballester (1909-2002) y Julia de Burgos. Méndez Ballester fue también actor y director. Julia, además de escritora realizó algunos pasos en la actuación.
Grandes actrices y actores de Puerto Rico participaron de este proyecto: Madelline Williamsen (también, directora, escritora y animadora; había estudiado radio educativa en CBS), Ramón del Rivero “Diplo” (1909-1956), María Luisa Picó, Mona Marti (1901-1985), Manuel Pérez Durán (1926-1988), Lolita Lázaro, Arsilia Ríos, Alberto Zayas, Lucy Boscana (1915-2001), Adelaida Gatell, José Luis Torregrosa, Johnny Miranda, Iris Martínez (1925-2017) (guionista, actriz y directora de la última etapa).
En 1934, Julia de Burgos se casa con el locutor de WKAQ Radio, Rubén Rodríguez-Beauchamp. Este compartía las características de los primeros locutores jóvenes de la época que José Luis Torregrosa ofrece en su memoria Historia de la Radio en Puerto Rico: “cultos, con buena voz, talentosos, que sabían hablar y sabían decir” (165). Al siguiente año inicia el proyecto radial educativo que se transmitía por WKAQ y Julia comienza a trabajar en este en 1936. José Luis Torregrosa advierte que tanto ella como la también poeta Carmen Marrero y el teatrista Leopoldo Santiago Lavandero no duraron mucho (159). Este último recibió una beca para estudiar en Nueva York. Sobre la salida de Burgos y Marrero, por ahora, sólo podemos agarrarnos del análisis de las circunstancias del momento. En el caso de Julia, su corta instancia implicó que además de escribir, fuera dirigida como actriz por Manuel Méndez Ballester (Desde la Escuela del Aire: Julia de Burgos, 53).
Han sobrevivido al tiempo cuatro textos escritos por la poeta de Carolina para la Escuela del Aire publicados por el Ateneo Puertorriqueño en 1992 (Desde la Escuela del Aire, 27-52). Estos son: Un paisaje marino, Llamita quiere ser mariposa, La parranda del sábado y Coplas jíbaras para ser cantadas. Luis Rosario Albert en otro ensayo, titulado “Telecomunicaciones con un propósito” comparte los horarios de transmisión para la programación escolar: “… transmi-sión de sus programas durante los cinco días laborables de la semana: de 9:30 a 10:00 de la mañana y de 3:00 a 3:30 por las tardes.” Así también la programación nocturna para la población adulta de 8:00pm a 8:30pm. Con toda probabilidad, los primeros dos fueron escritos para la programación diurna, el tercero para la nocturna y el último pudo haber sido parte de la imagen de la Escuela. En radio la imagen se construye con ediciones de sonido que definan la emisora de forma atrayente.
Un paisaje marino es una pieza de radio teatro, cuyos personajes son adolescentes. Trata sobre la contemplación del mar y cómo esta se convierte en pintura y/o poesía. Tiene un narrador y tiene cinco voces masculinas y una femenina. Llamita quiere ser mariposa es un cuento para voz narradora. Una niña y tres de sus muñecos alcanzan a convertirse en mariposas fantásticas, símbolo de que la imaginación conduce a la libertad y esta va de la mano del servicio a otros. La narradora debe poseer capacidad camaleónica para interpretar todos los personajes. La parranda del sábado es el diálogo entre dos enamorados en torno a una reyerta que terminó en muerte. La trama da un giro y plantea que el único miedo que la mujer no alberga es el miedo al ser amado. El texto es para una voz femenina y una voz masculina, ambas adultas. Coplas jíbaras es un texto para presentar la Escuela del Aire compuesta por simpáticas redondillas. Sus versos octosílabos y su capacidad de retratar el asombro del jíbaro ante la nueva tecnología le valen mérito literario. Amerita un trovador.
Los cuatro textos fueron mecanografiados por Julia y contienen indicaciones que reflejan ser una escritora consciente del medio para el que escribía. Se construyeron pensando en la sonoridad, sea por los matices que piden los diálogos o los efectos de sonido que se indican. Muchos autores que vienen al mundo del espectáculo no logran acoplar su talento al nuevo medio, pero Julia sí. Las Coplas constituyen lo que en radio se llama una cortinilla, grabación que separa un programa del otro. En la Escuela del Aire las producciones eran de quince minutos, así que cada sección radial tenía, por lo menos, dos programas distintos.
Algunas de sus indicaciones son: pasos, aplausos, risas, pausas, coplas para ser cantadas, diálogo; así como indicaciones para las maestras:
Ahora, aquellos niñitos que querían también ser mariposas, como Llamita, Guante, Mitón y Calcetín, con solo mover los brazos moviéndolos al compás de la canción pueden convertirse en mariposas de las muy grandes
Veamos y saben volar al compás de la música.
Extiendan los brazos…
un movimiento hacia arriba…
un movimiento hacia abajo…
hacia arriba…
hacia abajo…
y ahora la mariposa se posa sobre una flor. (Desde la Escuela del Aire, 46)
Si bien la década del 30 fue convulsa a nivel político, también fue fecunda en su quehacer cultural definiendo nuestras identidades. Julia como escritora radial se posiciona a la cabeza del parnaso de escritores sumergidos en el activismo social. Los cuatro textos reflejan también, además de su conciencia radial, quilates literarios. No sólo metáforas como “los mil ojos del agua se han salido a mirar”, “el violín de los aires que regresa de amar a su novia”, junto al planteamiento feminista insertado en acción dramática, sino que su cuento se aleja de la tendencia narrativa realista de los 30 y propone una estética de lo maravilloso y extraño que proliferaría décadas más tarde en el país. Para este momento, Julia sólo tenía veintidós años, se había graduado con rendimiento sobresaliente de la Universidad de Puerto Rico, era maestra y vivía con un locutor de formación cultural, algunas biografías dicen que también Rodríguez Beauchamp fungió como periodista radial. Todo conducía a un desarrollo de su vena como escritora radial con propósito didáctico de altos valores artísticos.
Hemos percibido en los cuatro textos cierto erotismo poco visto en la época. Cuando hablamos de erotismo nos referimos a la genuina equidad de los cuerpos masculinos y femeninos en abierta expresión. Julia se caracterizó por la sensibilidad física de sus versos. Algunos extractos lo reflejan:
-Oh minúscula barca que te das al azar a las alas salobres y a los besos de mar
-Sueños de éxtasis puros de inquietos adolescentes
(Paisaje marino)
-y no es que el sueño sea nadie; pero es que a veces parece que es una persona que nos arropa y acaricia, ¿verdad, lectorcitas; verdad que sí?
(Llamita quiere ser mariposa)
-en los brazos de su novia cada cual encandilao…
(La parranda del sábado)
La pasión de Julia por el arte didáctico genuino pudo haber sido reprimida por causa de este erotismo (Héctor Piñero, Radio, guerra y censura. Los orígenes de la radio en Puerto Rico hasta la II Guerra Mundial). Esto, junto a su entrada al Partido Nacionalista y ser portavoz de la rama femenina en una década tan convulsa (recuérdese que la Masacre de Ponce fue en 1937 y Julia escribió el poema “Domingo de Ramos”), a la par de que María Teresa Babín Cortés, directora del equipo de producción, que la había contratado, terminó sus funciones en 1937, abonó a su salida del proyecto. Con toda probabilidad ella misma renunció preventivamente, dos años después de su inicio de labores, toda vez que WKAQ ya había prohibido la transmisión de los discursos de Pedro Albizu Campos. Hay biografías que la colocan trabajando en radio hasta ese mismo año del 37, sin embargo, el periódico El Mundo del 6 y 7 de mayo de 1938 reconoce a Julia de Burgos como parte del jurado de un certamen estudiantil convocado por la Escuela del Aire (Desde la Escuela del Aire, 14). Lo importante es que su gran talento es parte fundacional de nuestra radio educativa y hoy lo estamos visibilizando en Autógrafo.TV. Aprendamos de esta labor. ¡Viva Julia!