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Juano Hernández, actor de cine, que fue una estrella de la radio

Tanto en nuestro autógrafo sobre Juano Hernández (https://autografo.tv/juano-hernandez/) como en los blogs en torno a su figura, hemos establecido que esta estrella de cine nació en Puerto Rico a finales del siglo 19. La aceptación general de su fecha de nacimiento es 1896. Su madre Clara Chávez fallece cuando tenía cuatro años de edad. Su padre, José Guillermo Hernández, lo lleva a vivir con su hermana a Río de Janeiro, Brasil. El padre se encargó de su manutención hasta que falleció. Ya su tía no lo podía cuidar. Es así cómo nuestro ilustre inicia una jornada de supervivencia que lo lleva a vivir en las calles brasileñas. En estas sobrevive cantando, bailando, ejecutando ciertas acrobacias y hasta, junto a otros niños, adivinando el futuro por algunas monedas.

Luego se convierte en marino mercante durante su adolescencia, cuando también se inicia como boxeador. Sin embargo, prefería ganarse la vida como artista. Es contratado por un circo cubano itinerante. Mientras viajaba con esta compañía recibía entrenamiento como acróbata, cantante y artista de teatro vodevil. Es en ese periodo que aprende a leer y a escribir, junto a varios idiomas. En uno de los viajes del circo a México participa en el documental que el legendario Pancho Villa se produjo a sí mismo (1914). Su inquietud para seguir creciendo lo lleva a Nueva Orleans, donde comienza a vivir de su arte. Es aquí donde decide superar sus barreras con el inglés, idioma que estudió hasta dominarlo completamente. Este esfuerzo le valió posicionarse como figura clave en la radio estadounidense.

La historiadora Miluka Rivera establece en su libro Genial Juano Hernández, de vaga-bundo a estrella de Hollywood, que la primera incursión radial de nuestro ilustre fue como libretista en la década del 20. Durante esa década combinaba su trabajo en teatro con el de la radio. Es así cómo en 1933 crea para radio la serie John Henry, específicamente para la Columbia Broadcasting SystemRadio, que lo catapulta como primera figura radial.

Primer héroe negro en una radio novela

Juano Hernández lleva a la radio la primera serie en que todo el elenco estaba compuesto por intérpretes negros. Según la leyenda, John Henry fue un liberto que trabajó durante la construcción del ferrocarril de Alabama, Virginia. Roark Bradford escribió una novela de mismo nombre, publicada en 1931, que pudo haber inspirado al puertorriqueño. El empresario de espectáculos, Robert Wachsman, adquirió los derechos. Este es quien convence a Hernández y juntos escribieron el guion por diez meses para presentarlo a las cadenas radiales. Al respecto, explica Ryan Ellet en su artículo “John Henry: Uncovering a Glimpse of Early Black Programming on Network Radio” lo siguiente:

Los programas negros eran difíciles de vender en ese momento y la mayoría de ellos nunca obtuvieron un patrocinador, a veces incluso después de años de transmisión. Como se verá más adelante, John Henry no era un programa dramático estándar, ni siquiera en comparación con sus pares del género afroamericano, lo que lo convertía en un concepto difícil de vender. (1-2)

La CBS aceptó darle una prueba al aire. Juano Hernández propuso un concepto ingenioso y arriesgado. Ese primer programa empezó con una voz en humming (susurro cantado), luego, una canción: “Mississipi”, cantada por un coro, que fue escrita por él. Entonces se escuchaba a un anunciador decir:

“Damas y caballeros. Les traemos el primero de una serie de programas llamados “John Henry” basados en el libro de Roark Bradford. En todo el glorioso sur, nunca hubo un hombre más poderoso que el legendario John Henry. A través de las generaciones que tienen su raíz en los primeros días de la esclavitud, John Henry, se mueve con sus enormes zancadas, sus brazos descarnados, su cuerpo poderoso, su mentalidad lenta, pero segura superando cada obstáculo; un verdadero dios entre los pacientes negros cuyo mundo son las costas fangosas del Mississippi.” (2)

A esto le siguió la voz del viejo Tío Sim y un niño contando el nacimiento de John desde el zaguán de una cabaña en una plantación de algodón, mientras de fondo se escuchaban los trabajadores de los barcos fluviales y la brisa. Hablaban en un difícil inglés dialectal. Por ejemplo, Tío Sim dijo: Lissen hyar, Dink, when I tells a story hits de truf.  A renglón seguido, John nace de cuarenta y cuatro libras y hombros muy anchos; cuestiona sobre quién lo despertó, sobre quién es ese hombre feo que lo está mirando, que era su padre, además de solicitar pantalones de lana, un overall y una camisa de su padre. Siente hambre y aúlla con tal fuerza que rompe el soporte de su cama. No quiere leche, pide comida de adultos. Antes de que le traigan la comida, sale de la casa y va directo a trabajar al ferrocarril. El anunciador dice: “Ahí está John Henry, una torre de fuerza, muy por encima de sus semejantes, su voz retumba como el redoble de mil tambores… y todas las mujeres lo miran y suspiran” Pausa comercial. (Ellet 2)

Con este inicio de leyenda convertida en arte, junto a una edición repleta de efectos sonoros y vocales de alta calidad, amén de un magnífico elenco, aquel estreno del 15 de enero de 1933 fue histórico. La calidad de los guiones es adjudicada a nuestro Juano Hernández. La atención a los detalles abonó aún más a su éxito, incluso la prensa principal, que generalmente ignoraba las series ejecutadas por elencos afroamericanos, tuvo elogios para la misma. Con una magnífica respuesta por parte del público, la serie duró nueve meses, hasta el 17 de septiembre de 1933.

Cabe la pregunta de por qué un programa de tanto éxito sale del aire en menos de un año. Para esto es importante ofrecer algunos datos sobre el contexto en que se da la emisión de la serie John Henry. El año de 1933 es también el año en que un partido demócrata gana la presidencia estadounidense con Franklin D. Roosevelt. Un proyecto de reforma social, que ya había iniciado cuando fue gobernador de Nueva York, perfiló su agenda. Stephen Smith en su artículo “Radio: El “don natural” de FDR” explica que durante su gobernación de 1929 a 1932,

Roosevelt se convirtió en personalidad radial, puesto que la oposición republicana copaba la legislatura y la prensa escrita. Por lo tanto, su estrategia principal para ganar la presidencia fue la radio (apmreports.org). Se observa que emisoras emergentes, como CBS (1928), que buscaban superar la Gran Depresión, encaminaron sus nuevos proyectos acordes con las reformas del Nuevo Trato de la administración Roosevelt. Este también crearía una ley de control radial en 1934, desarrollando la FCC o Comisión Federal de Comunicaciones. Para ganar el favor de Casa Blanca los empresarios radiales otorgaban voluntariamente tiempo gratuito para programas de servicio público o en apoyo al programa social presidencial.

Lo anterior explica la aclaración que Juano Hernández tuvo que hacer a los escritores afroamericanos, los cuales se quejaron justificadamente de que John Henry terminara y de que no tuvo auspiciadores debido a la discriminación racial. Sin embargo, Juano aclara que el mismo fue considerado por CBS como programa de apoyo, sostenido por ellos.

… en una carta de 1934 a la destacada líder de coro negro Eva Jessie, Hernández insistió en que CBS no había buscado un patrocinador para el programa y lo retuvo intencionalmente como “serie sostenida”. (Ellet 6)

Existían dos tipos de programas radiales en ese momento: los patrocinados y los de apoyo. Estos últimos buscaban voluntariamente buenas relaciones con el proyecto reformista de justicia social de Franklin D. Roosevelt, que incluía la equidad salarial para las minorías, lo cual más adelante se cristalizaría en la Orden Ejecutiva 8802, que prohibía prácticas laborales discriminatorias. Las series sostenidas tenían la intención de ganar más radioescuchas y, a todas luces, en esta etapa, unirse a la reforma social ante la atención que presidencia ponía a la radiodifusión. Se entiende que, si bien CBS hizo la inversión económica total del proyecto, sí tuvo ganancia secundaria al subir el número de radioescuchas.

Ryan Ellet añade sobre las condiciones de trabajo: “los miembros del elenco indicaron que se les pagaba un salario comparable al que les habría proporcionado un patrocinador, por lo que el ser una serie sostenida no era perjudicial para los involucrados (6). Además de lo anterior, Juano Hernández aclaró en prensa que el contrato original era de nueve meses; que todo el personal, artistas y técnicos, decidieron finalizarlo en ese momento. Probablemente para cuidar el producto porque luego varios integrantes del elenco llevaron a John Henry por los teatros del Este, auspiciados por la CBS (Ellet 6). No obstante, la apertura de CBS sigue sostenida en el beneficio que traía tal acción frente a la administración Roosevelt y en la ganancia de más público para su programación.

Como protagonista de la serie, Juano Hernández obtuvo la Medalla Radial (Rivera 28). Además, promovió su carrera obteniendo miles de seguidores que lo apoyaban en sus presentaciones de teatro.

Otros éxitos radiales

En 1948, su esposa Haydee Bello expresó en una entrevista para el periódico El Mundo: “Juano está trabajando para la radio principalmente, como actor y autor de libretos y cuando le ofrecen un papel dramático radial que no le entusiasma se va a las tablas. La Columbia Broadcasting System, Radio City y las empresas teatrales y de publicidad de New York han preferido sus servicios como actor de teatro, radio y como escritor” (Rivera 29). Es así como muchos papeles de carga étnica le fueron ofrecidos, los cuales caracterizó con gran seriedad. Algunos fueron: un sirviente indú llamado Kolu en la serie de aventuras Jungle Jim, personajes indígenas en las radionovelas Jedde Tenesse de 1944-1947 para ABC-Radio, y Mr. Bones en la radionovela We love and learn (Rivera 29). La CBS lo contrata en 1942 para el drama sobre crímenes Casey, Crime Photografer, en el cual interpreta a un personaje negro lejos de los estereotipos.

Es muy conocida su presencia en la serie March of Time, revista dramática sobre noticias del momento, que también producía documentales radiales. El noticiario duró al aire desde 1931 hasta 1945, pasando de CBS a Blue Network y terminó producida por la ABC. El elenco se componía de actores que estudiaban a los personajes reales, se lograban caracterizaciones impresionantes de los líderes mundiales, alcanzando varias veces que el público creyera que eran los reales. Juano Hernández interpretó al rey de Etiopía, Halie Selassie, a Benito Mussolini, al emperador Hirohito y al presidente de Checoslovaquia Edward Benes.

Su éxito como actor radial se desarrollaba tanto en CBS como en NBC. En el caso de CBS, su radionovela As the twig is bent, en la cual interpretó a Abraham Watts, corrió con este título de 1941 hasta 1942, luego la titularon We love and learn, así se difundió de 1942 al 1944, en esta etapa Hernández interpretó a Mr. Bones. Hubo una pausa y continuó de 1948 hasta 1951. Su tercera etapa tuvo por nombre The Story of Rudy Valentine, la cual duró de 1955-1956 (Old Radio). En el libro titulado Radio’s Golden Age hay una nota al respecto:

This serial drama was originally titled AS THE TWIG IS BENT. In 1955 WE LOVE AND LEARN changed locale from a dress shop to a Harlem beauty parlor and became the first Negro soap opera in radio with an all- Negro cast. The title was changed to THE

STORY OF RUBY VALENTINE. (376)

Según revelan los pocos datos existentes, en esta etapa la radionovela se convirtió en la primera con un elenco totalmente negro, entre los cuales estaba Juano Hernández, con papel estelar. Era tan importante esta oferta que se vio en la obligación de renunciar a la película Othello, que era su personaje preferido de Shakespeare (Rivera 29). La serie radial duró quince años con grandes éxitos. Sin embargo, no podemos olvidar que, por ser negro, Juano tenía que subir al estudio de grabación en el edificio Radio City por el elevador de carga y entrar por la puerta trasera.

Por otro lado, la dinámica laboral era trabajar en varios programas por diversas emisoras. Otras series en las que apareció según el Radio’s Golden Age fueron: African Trek de 1939 a 1943 para NBC-Radio; como Job en Amanda of Honeymoon Hill; además, interpretó a Lotario, un príncipe africano guardaespaldas del protagonista, en Mandrake The Magician. Así también en Creeps by Night para NBC en 1944 y en The Jimmy Edmondson Show para NBC en 1946.

La página On Time Radio Downloads lo coloca trabajando en muchos más programas. El 19 de abril de 1934 laboró en una edición del programa de variedades Kraft Music Hall. Francisco González Miranda aclara en la revista En el Acto del Colegio de Actores de Puerto Rico, dedicada a nuestro ilustre, que Juano Hernández interpretó en este programa radial un paso teatral que él mismo había escrito, titulado “Voodoo”. Lo había presentado en el Cottom Club de Harlem en la década del Treinta. El 3 de enero de 1935 presenta Fleischman’s Yeast Hour basado en el mismo paso teatral. Ese año también trabaja en Gangbusters.

 En el programa de radio histórica, The Cavalcade of America, participó recurrentemente desde 1940 hasta 1958. Su auspiciador principal, Du Pont, fue criticado por las ganancias que obtuvo en la producción de pólvora durante la Primera Guerra Mundial, no obstante, grandes estrellas trabajaron en él como Humprey Bogart, Bob Hope, Charles Laughton, Clark Gable, Gregory PeckHelen HayesHenry Fonda, Mickey RooneyOrson Welles (Ontimeradiodownloads.com). Entre sus muchas apariciones, Juano actuó como Booker T Waschington, líder educativo y cívico de la comunidad afroamericana en el capítulo The Burning Bush de 1948, y a George Wachington Carver, también líder afroamericano, en el año 1946 (González Miranda).

En 1944 laboró en varios programas: Behind the Mike, Words at War, Creeps by night, Dangerously yours, en el que interpretó a Moctezuma, capítulo Cortez, the Conquistator;  el nativo Viernes en Adventure Ahead. Es muy curiosa la anécdota sobre una radioescucha que lo llamó al programa Behind the Mike para la Mutual Broadcasting System (MBS) para saber si podía leer el futuro debido a su participación en Mandrake, The Magician.

En 1946 participó en Eternal Light (dos veces), en Theater Guild of the Air y en el personaje del científico George Waschington Carver en Lest We Forget: These Grat Americans. En 1947 fue llamado a trabajar a Studio One y a The Mysterious Traveler. En 1948 fue parte del elenco de The Ford Theater y nuevamente Eternal Light. En 1950 aparece varias veces en Dufty’s Tavern y, en 1953, nuevamente trabaja en Gangsbuster y en The Marriage.

Sobre el ya mencionado programa Eternal Light, Francisco González Miranda en su artículo de la revista del Colegio de Actores de Puerto Rico, estipula lo siguiente:

El programa religioso y cívico The Eternal light, producido por el Jewish Theological Seminary, cuenta con Hernández en una decena de episodios, en los cuales el actor interpreta personajes de la literatura y folklore judíos. Sus roles más destacados son el pícaro protagonista de la leyenda de Byalystock The parable of Bed Yisroyel (13 de enero de 1946), Shalom, quien paga su maltrato cuando niño de 7 aves con 7 hijos mudos en The tender Grass (14 de abril de 1946) y Micah , el ladrón que reta a los que lo condenan a muerte en The Thief and the Hangman (28 de diciembre de 1947).

No faltaron los escándalos dentro de sus decisiones actorales para la radio. Juano era muy selectivo y mantenía su línea crítica en los trabajos que aceptaba. En la serie Green Pastures (originalmente una historia de Roark Bradford (coautor con Juano de John Henry), que produjo la Theater Guild on Air en 1946, el puertorriqueño trabaja interpretando a Dios. Pero esta serie dramatizaba las escrituras de la Biblia desde el punto de vista afrodescendiente, así que el Dios de Juano Hernández, llamado Lawd, es decir La ley, resultó transgresor. Este rol le coloca como el primer actor negro puertorriqueño que encarna un dios negro (Rivers 30; En el acto, Miranda Fernandez; Old Time Radio Downloads).

The Marriage en 1953 fue el último programa radial que pudo realizar Juano Hernández, pues su carrera en Hollywood no le permitió continuar en la disciplina. Trabajó junto a Jessica Tandy y Hume Cronyn interpretando a un puertorriqueño que agradece la tutoría ofrecida a su hijo por el matrimonio protagonista. Sobre este trabajo, el investigador Francisco González Miranda comenta: “Así Hernández cierra la fase radial de su carrera encarnando un tipo prácticamente ausente en su trayectoria artística: un boricua”. A partir de este momento, nuestro ilustre continuó con el mismo tesón, talento, disciplina, su carrera fílmica, colocándose en la cima de los actores del séptimo arte.