Como has podido aprender en pasados blogs, Juano Hernández fue uno de los más importantes actores negros de Hollywood. Te invitamos a ver su autógrafo (https://autografo.tv/juano-hernandez/) para que conozcas su fascinante vida.  Juano es puertorriqueño y nació el 19 de julio de 1896. Es hijo de la brasileña Clara Chaves y del boricua José Guillermo Hernández. Al quedar huérfano se cría en las calles. Un tío, marino mercante, lo llevo a Brasil para que creciera en casa de unos familiares de su madre. De acróbata callejero pasó a ser boxeador, músico, cantante, hasta trabajó en un circo. En 1915 llegó a Nueva Orleans. Del espectáculo en vivo pasó a la radio, al teatro profesional y luego al cine. Su gran oportunidad fue el papel protagónico de la película Intruder in the dust de 1949, basada en la novela homónima de William Falkner. Es el primer actor negro puertorriqueño que protagoniza en Hollywood.

Intruder in the dust

La trama se desarrolla en 1940 en el estado de Mississippi. Lucas Beauchamp fue acusado de haber asesinado a un hombre blanco, llamado Vinson Gowrie. Beauchamp era un granjero negro y recibió todo el prejuicio de la época contra las personas afrodescendientes percibidas. Dos adolescentes, el abogado del pueblo y una mujer mayor le ayudaron a demostrar que era inocente.

El joven Chick es un adolescente que fue testigo de cómo arrestaron injustamente a Beauchamp. En la comisaría este le pide a Chick que hable con su tío John para que sea su abogado. El tío resulta ser un hombre con ideas progresistas y decide tomar el caso. La mayoría del pueblo, sumergida en el prejuicio, se organizaba para ajusticiar a Lucas. Cuando el abogado inicia su diálogo con este, apenas logra comunicarse con él, pues Lucas se vuelve silencioso, renuente, solo le indica que la bala en el cuerpo de Vinson no pertenece a su arma.

La película se sostiene en la figura del falso culpable. Pero además utiliza este recurso para denunciar de forma directa que todavía se victimiza a las personas por su apariencia. En este caso se revela el racismo que prevalecía en el sur de los EE. UU., el cual podía llevar al linchamiento de un inocente solo por su color de piel. Sin embargo, el tratamiento que su director da a la historia no es la del típico negro sumiso y agradecido, si no que Juano Hernández encarna a Lucas Beauchamp desafiante. Este conoce que es inocente y jamás suplica alguna consideración. Es granjero, terrateniente, sabe que produce ganancias como cualquier blanco y no tiene por qué bajar su cabeza.

 Guillermo Triguero en El gabinete del doctor Marbuse con su columna “Han matado a un hombre blanco de Clarence Brown” ofrece más detalles del excelente trabajo del director, los cuales reflejan su clara concepción antirracista del largometraje:

No solo por la excelente ambientación sureña de la que hablamos, sino también por otros detalles como la forma de utilizar la luz (inolvidables esos planos de las familias negras escondidas en sus casas de noche observando a los protagonistas pasando por la carretera), el sonido (un rasgo que me gusta mucho del filme es la ausencia de banda sonora) o los leves momentos muertos en que simplemente se deja que los personajes se tomen su tiempo en reaccionar. Estos últimos dos aspectos sumados al hecho de contar con un reparto de rostros más bien desconocidos le dan a la película un tono inusualmente realista, como de estar presenciando una crónica auténtica de la época más que una recreación hollywoodiense.

Racismo en el proceso de filmación

Durante la filmación y en ciertos pormenores de producción pudieron experimentarse diferentes manifestaciones de prejuicio racial. El director del filme, Clarence Brown, había nacido en Massachusetts, pero fue criado en Tennessee. Es por esta razón que desde que se publicó la novela en 1948 deseó llevarla al cine. Llevaba dos décadas haciendo carrera como cineasta para la Metro Golden Mayer (MGM), así que de inmediato consultó con el gerente, Louis B Mayer. Este le manifestó tener dudas sobre si la película sería rentable desde la perspectiva empresarial. El protagonista sería un actor negro y puertorriqueño, Juano Hernández, lo cual nunca se había visto en Hollywood. Para el empresario la ganancia económica iba por encima del compromiso social.

Recientemente la MGM había nombrado vicepresidente a Dore Schary, reconocido dramaturgo, guionista y productor de cine. Brown creía tanto en su idea de llevar al cine el prejuicio prevaleciente en Tennessee, a través de una historia compleja sobre un crimen, que lo intentó nuevamente a través de Schary. Este se sensibilizó con la historia y decidió apoyarla.

El director de la película comisionó el guion a Ben Maddow, con la supervisión del autor original de la novela, William Faulkner. Maddow era conocido por ser un artista involucrado en las luchas sociales y políticas. Con esto aseguraba un aliado. Por otro lado, el director también insistió en filmar en Oxford, Mississippi, que es donde el autor de la novela, William Faulkner, había vivido por largos años. Pero insistió también en otros aspectos muy innovadores para la época. Su pasión por denunciar con una buena película el prejuicio racial le provocó solicitar filmar la mayoría de las escenas en locaciones exteriores reales. Buscaba la mayor autenticidad. Esta búsqueda la aplicó a la idiosincrasia de los personajes en el habla, las expresiones de sus caras y en la actitud. Toda una escuela actoral para el elenco.

A pesar de lo anterior, es muy conocida la anécdota de que, no obstante, a que Juano Hernández era el protagonista, tuvo que acogerse a las divisiones por razones de raza, que existían en las condiciones de trabajo. Los actores y actrices blancas se hospedaban en los mejores hoteles durante las filmaciones de las películas. Los actores negros eran hospedados en otros de menor categoría. La película de Brown no tiene otros roles principales para actores afrodescendientes, así que Juano se hospedaba con los actores que interpretaron los papeles cortos siendo él uno de los actores principales (John Greco, Juano Hernandez and Intruder in the Dust.) El elenco blanco sumaba alrededor de quince actores. Los protagonistas eran David Brian, Claude Jarmn, Jr. y Juano Hernández; por el día los tres estaban juntos frente a cámara, pero para comer y dormir estaban segregados.

Otro rasgo racista lo vemos en el cartel de la película. Al buscarlo en la red verás dos hombres y una mujer blancos. Los nombres de Brian y Jarmn, Jr. brillan como si fueran los únicos principales del elenco. Es decir, se excluyó el nombre de Juano Hernández. Con toda probabilidad operó en esto las dudas de la alta gerencia de la MGM sobre la historia en la que un negro puertorriqueño es también protagonista.

Justicia divina…

Poco se sabe de las carreras de David Brian (el abogado) y Claude Jarmn, Jr. (el adolescente) luego de filmar Intruder in the dust. Brian recibió una única nominación a los Golden Globe y fue precisamente por su trabajo junto a Juano Hernández en esta película, nada más. En el caso del joven Claude Jarmn este había ganado un Oscar por la película El despertar antes de Intruder in the dust. Luego no pudo superar su éxito como estrella juvenil y se dedicó a otras labores.

Sin embargo, nuestro Juano Hernández se ganó el favor del público. Incluso la crítica especializada tuvo que reconocer su impresionante trabajo y técnica. William Faulkner le agradeció personalmente maximizar los valores de su novela a través de su magnífica actuación. La industria cinematográfica reconoció su trabajo con la nominación de Mejor actor revelación en los Golden Globe y como actor principal por el Ney York Critics Circle. A la par la United British Award del British Academy le otorgó un premio de mejor actor, así como también el diario New York Times en 1949.

Pero aún más. Otras invitaciones para películas de gran relevancia en la industria le llegaron a raíz de su trabajo en Intruder in the dust. Algunos títulos son: The Reivers, Ransom, The Pawnbroker y They call me Mr. Tibbs.

Importante reconocer que, en Harlem, Nueva York, zona ocupada por las comunidades afrodescendientes y latinas, la película y su protagonista fue aceptada de inmediato. La clave está en la actuación de Juano, este interpreta un personaje negro sin fragilidades ni sumisión. Nunca antes se había aceptado una película. Juano hizo la diferencia.

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