Cuando Manuel Fernández Juncos llegó a Puerto Rico desde España, desarrolló un camino literario y periodístico que lo convierte en posible precursor de lo que hoy llamamos socialización del espacio virtual, donde nuevos autores y autoras de escasos recursos pueden publicar sus creaciones literarias o sus opiniones sobre la situación política del país. ¿A qué me refiero? Con la tecnología que contaba en 1873, a sus 27 años, fundó el semanario El Buscapié, jocoso y serio, ingenioso y agudo pero sobretodo espacio abierto para escritoras, autores y críticos no conocidos. Esa no era la tendencia en su época, al igual que ahora, para poder publicar artículos o libros impresos en papel había que tener dinero o padrinos. Por el contrario, desde el siglo 19, Fernández Juncos practicó una política editorial inclusiva. Revisemos juntos la historia y convéncete por ti mismo si puede considerársele precursor del espacio virtual socializado.

Las redes sociales se originan en 1995 cuando se crea el primer círculo de amistades en línea para que los usuarios pudieran vincularse nuevamente con antiguos compañeros y compañeras de estudio y compartir información actual. En la década de 2000 se desarrollan diferentes comunidades virtuales, a través de  las cuales se comparten fotos, videos, pensamientos, memes (idea o arte gráfico capaz de difundirse explosivamente) se fomentan relaciones que la distancia no hubiera permitido, así también los negocios ofrecen sus productos generando ventas sustanciosas. La escritura y la lectura cibernéticas empezaron poco a poco a recuperar su sitial entre la gente común, quitado por la radio, televisión y el cine, géneros de expresión alcanzados solo por unos pocos. El escribir y el leer se catapultaron en mensajes cortos y directos sobre la base de una participación abierta y democrática.

Las redes sociales han creado las llamadas ¨páginas o grupos¨ especializados en un interés común, que junto a los blogs, -sitio web que recopila textos de una o varias personas-, abren el espacio para que poetas, cuentistas, fotógrafos, comentaristas políticos y sociales, artistas gráficos, publicistas, investigadores, entre otros publiquen y reciban reacciones. Estas plataformas sociales (en alusión al espacio de trabajo de artistas o políticos) difunden contenido ampliamente, de tal forma que personas sin recursos económicos pueden publicar, ser reconocidas y hasta ganar premios como escritores creativos y artistas gráficos. En Autógrafo.tv lo has experimentado con el concurso artístico La cara de la historia y el certamen Vota por puertorriqueños extraordinarios donde jóvenes y maestros desconocidos recibieron espacio para expresarse. Por último, ya existen periódicos totalmente cibernéticos o versiones virtuales de prensa impresa en las cuales el ciudadano común puede reportar injusticias y lograr un cambio.

El autógrafo de Manuel Fernández Juncos nos informa que nació en Tres Montes, Asturias, donde abundaban las familias pobres. Las leyes de inmigración facilitaron que olas de estas familias llegaran a las Antillas buscando un mejor porvenir. Es así como en 1857, un tío, que había logrado progresar en el comercio insular, embarcó al preadolescente para que trabajara en Ponce en la tienda de Ramón Cortada. A su vez su familia lo impulsó a estudiar asignaturas que le llevaran a ser un comerciante de mayor escala. Al poco tiempo, lo trasladaron a Juana Díaz y luego a Adjuntas para evitar que se contagiara con la epidemia de fiebre amarilla que azotaba el sur del país. Luego en 1865 decidió mudarse a Vega Baja para trabajar en un negocio del lugar.  Este tránsito le permitió conocer al detalle a los habitantes de la Isla.

Como no pudo terminar sus estudios, se convirtió en autodidacta pidiendo libros prestados a la clientela. Leía de noche con una lámpara de petróleo y escribía en el mostrador sobre papel estraza. La lámpara de petróleo afectó su vista. Uno de sus clientes, el médico José Gualberto Padilla atendió su afección ocular. Padilla, poeta conocido como El Caribe,  empezó a evaluar los escritos del joven asturiano y a prestarle libros para que siguiera cultivándose. Gracias a su apoyo y a que desde que llegó al país se involucró directamente con su gente, en 1867 publicó en el El Porvenir su primera historia sobre las costumbres puertorriqueñas ganando reconocimiento. Continuó publicando textos cortos y poemas en varios periódicos. En 1876 se traslada a San Juan, funda El Buscapié en 1877. Con este periódico devuelve el apoyo vital que había recibido en la Isla abriendo espacio a sus escritores y proponiendo ideas políticas para su mejor desarrollo.

El Buscapié inició como un semanario de política, ciencia, literatura y artes, defendía la autonomía y se oponía a todo abuso. Al igual que en las redes sociales actuales, usó mensajes cortos y directos para denunciar. Con estilo satírico, enmascaraba sus posturas liberales y burlaba la censura española. Veamos:

  • ¨Hay quienes pretenden de la patria el brillo, entendiendo por patria el bolsillo¨
  • ¨El Municipio trata de hacer un cementerio al cual se llevarán los cadáveres en ferrocarril. (mientras) La Imprenta de este periódico imprime esquelas a cualquier hora del día o de la noche. Es una delicia poderse uno morir sin cuidado a cualquier hora que se le antoje.¨
  • ¨Refiriéndose a un robo de mil quinientos y pico de pesos, hecho al Sacristán Presbítero de Manatí… hicieron los ladrones nada menos que tres facturas. Muy bien. Esto ya indica cierta cultura y civilización hasta en el difícil arte de robar.¨

Los géneros literarios proliferaron en El Buscapié pues permitían criticar al Estado, a sus incondicionales y engañar al censor. Veamos un simpático extracto de un poema contra ciertos tipos de esclavitud que a pesar de su abolición prevalecían entre la gente rica:

Y ese de baja estatura      con facha de pordiosero      Y aquel sin pizca de ciencia   que relleno como de pavo

Cual baja su condición,    y cabeza de borrico             que sus realejos gastó             ostenta su distinción

Que llevará su ambición  siendo muy rico, rico           y a la ´postre consiguió          es ¡oh liviana condición!

A la misma sepultura       esclavo es de su dinero        Una cruz y una Excelencia     de su vanidad esclavo…

En la segunda mitad del s 19 imprimir periódicos y libros costaba mucho dinero. Esto impedía que jóvenes escritores pudieran publicar y si se oponían al régimen español mucho menos. Al igual que hoy hacen muchos reconocidos blogs, páginas o grupos de las más visitadas plataformas sociales, Manuel abrió espacio para que estos publicasen sus ideas políticas y culturales, con las cuales incluso podía diferir. Algunos de sus nombres son: Virgilio Dávila, Lola Rodríguez de Tió, Manuel Zeno Gandía, Luis Muñoz Rivera y Salvador Brau, primeros literatos y pensadores de nuestra historia cuya primera oportunidad de proyección pública se las otorgó El Buscapié. En la Exposición literaria y artística de Madrid en 1885, éste fue premiado por la difusión dada a escritores y poetas puertorriqueños fortaleciendo la literatura isleña, la lectura y la educación.

Al igual que en las polémicas que hoy día surgen entre los periódicos virtuales, páginas y blogs, donde reacciones inmediatas conforman los debates, Fernández Juncos contestaba a los periódicos como el Bolentín Mercantil y La Correspondencia con una velocidad e ingenio predecesores a la rapidez de hoy. Vale señalar, que la ironía le permitía reírse sin faltar el respeto. Veamos esta reacción al periódico La Correspondencia:

La Correspondencia podrá muy bien no estar versada en literatura, pero en cambio sabe la estadística al dedillo. He aquí cómo se explica en su número del martes: ¨La cuarta parte de los nacidos fallecen antes de los 7 años, y la mitad antes de llegar a los 7, y la mitad antes de los diez y siete¨ Resulta que según las apuntaciones del colega, que antes de llegar a los diez siete mueren todos los nacidos y una cuarta parte más. Cuando digo que te adoro…!

Por insistencia de Manuel, las páginas del Buscapié se convirtieron en el mecanismo más rápido con el cual sus lectores podían mantenerse al tanto del acontecer político en otros países, así como de los adelantos de la ciencia y sucesos culturales. Tenía corresponsales literarios en Barcelona, Londres, Madrid, New York y Paris. A partir del 1890 mejoró su tecnología, combinaba sistemáticamente la tipografía (formas de las letras) con la litografía (técnica de impresión), añadió arte gráfico a las ediciones, caricaturas, vendía anuncios y comenzó a salir diariamente. Esta variedad permitió socializar o ampliar un espacio muy importante, el del público.  ¿No es lo mismo que hacen las redes sociales?  El acceso a la escritura que puede dar una plataforma cibernética o un periódico impreso se completa con el tráfico de público que consigue y El Buscapié logró ser el más leído en su momento, lo cual favoreció a todos sus escritores que poco a poco se convirtieron en primeras figuras de nuestro quehacer político y cultural. Repito, ¿podemos considerar a Manuel Fernández Juncos precursor de la socialización del espacio virtual? Espero tu reacción.

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